Reflexiones

Echando un vistazo al pasado, a los inicios por la inquietud de realizar esta gran labor, comparto hoy mi amor a la profesión docente que comienza desde muy temprana edad, 5 o 6 años cuando llegaba papá por las tardes cansado del trabajo, con un portafolios de piel café muy bonito en su mano, con enormes libros blancos de interminable conocimiento, con piernas cansadas de caminar hacia ese centro del saber que llamamos escuela.

Recuerdo que por las tardes veía a mi padre calificando trabajos, leyendo libros, sacando calificaciones, no era raro verlo con un lápiz en la oreja y un lapicero en la mano, sentado en ese escritorio con su máquina de escribir y el portafolios a un lado. Recuerdo que me acercaba a sentarme a un lado y ver como hacía su trabajo, recuerdo el olor de aquel portafolios que nunca voy a olvidar, que aún en este preciso momento ha venido a mi mente, me enamoré de ese olor a libros, a tinta, de ese sonido de máquina, de esas boletas que para los 10 años ya le ayudaba yo a llenar a mano, sacando promedios y hasta cambiándole los 5!! (por lo cual me llevaba una pequeña llamada de atención)... Me enamoré de los festivales, de los fines de curso, de todos los eventos en los que él siempre fue el relator, la figura en la que todos ponían sus ojos, me enamoré de las excursiones, la alegría de sus alumnos, de ver cómo daba una clase... Me enamoré de su profesión!! 

Hoy se porque soy docente, lo soy por vocación, por amor al arte de educar, por amor al aprender, al hacer, al escuchar y al enseñar. 

Ahora que soy yo esa figura en la que todos ponen sus ojos en un festival o en un fin de cursos, me invade un inmenso orgullo que alimenta mi ego personal y profesional, que me dice que lo que estoy haciendo lo hago por gusto, por amor, por interés, con motivación y dedicación infinitas, con la tolerancia e incertidumbre de saber que depara el destino no muy lejano, pero con la cabeza en alto para afrontarlo. 

He decidido vivir la vida laboral como se vive la vida cotidiana, día con día, dar lo mejor de sí, es por ello que ejerzo bajo la consigna del aprender para enseñar a aprender y es por ésto compañeros que honran mi trabajo con su lectura, que decidí entre muchas de las opciones, iniciar éste curso, con el objetivo de actualizarme, de no quedarme atrás, de estar preparada para la nueva era, para ésta nueva etapa. 

Hace casi 4 años que inicié el camino de la docencia, recuerdo que llegué a mi primer escuela, mi primer día de clases, me invadían los nervios, recuerdo que nadie me presentó con mis compañeros, que me pusieron un enorme paquete de libros en las manos y me llevaron a un salón de clases con 7 alumnos que se escondían bajo una mesa de laboratorio a desayunar, esos 7 niños que aún están presentes en mí: Zaida, Rosa, Jesús, Areli, Diana, Claudia, Manuel,  fueron esa luz al final de un túnel en el que no sabía que iba a encontrar. Mi primer experiencia docente fue el reto de sacar a esos alumnos de su propio mundo y hacer volar su mente, hacerlos expresivos, alegres, conscientes, realistas, visionarios, lo cual si me enorgullezco de decir lo logré. Recuerdo las clases, toda la tarde estudiaba el libro del alumno y hacía un intento porque fuera cuadrando mi labor con lo leído en los programas de estudio de las materias, ahh esos libros naranja que nadie entendía!! Muy lejos de mi casa, poco mas de 12 horas, mi vida giró en torno a mi trabajo por lo cual, me dedicaba a leer todas las tardes en un intento por comprender lo mejor posible los temas y poder brindarle a mis 7 niños lo mejor de mi. Una de las experiencias que más recuerdo es cuando se evaluó ENLACE, ésta experiencia me enorgullece puesto que con solo algunos meses en la docencia, logré resultados excelentes en la materia de ciencias y ninguno insuficiente en las demás materias lo cual en ese momento no entendía tanto, pero que después al recordar que mi puntaje estuvo a un punto equiparado con el de la que era considerada la mejor maestra de ese CT, fue un booom en mi ego. No sabía que era un proyecto al cien por ciento, un portafolio de evidencias, en ese momento hacía hojas con actividades diferentes a las que planteaba el libro y entendía que era un portafolio. 

Con la experiencia que he adquirido hasta hoy, considero que no estaba tan perdida en dicha actividad, con el paso de los años, todo eso ha mejorado, hoy diseño actividades de alta complejidad para ser incluidas al portafolio como evidencia del impacto de mi labor en cada uno de mis dicentes, comprendo la diversidad de tipos y formas de elaborarlos, he conocido grandes propuestas y la más ambiciosa, la de un e-portafolio. 

Después de leer sobre ellos, considero que ha trascendido tanto el impacto, el valor de una evidencia, hasta el punto de respaldar toda una vida de trabajo en el aula, todo un mundo de experiencias interminablemente ricas, soy capaz de vislumbrar y reconocer la importancia de que dicho portafolio salga de un salón de clases y se comparta con la comunidad educativa, no de tu centro de trabajo, no de tu comunidad, localidad o municipio, sino del mundo entero. Es por ello que me uno a este ambicioso proyecto tecnológico del cual espero ampliamente retroalimentar mi práctica para mejorarla, de cual estoy dispuesta a vencer los retos para poder lograr mis objetivos aunque el tiempo compañeros, sinceramente no éste de nuestro lado. 

Tengo las mejores expectativas de éste curso y también de la huella que dejará, solo resta saber aprovecharlo, sembrar el saber y recoger el éxito, por ello compañeros, los exhorto a que cada uno de nosotros aprovechemos este curso, superermos los retos y pongamos en práctica los conocimientos tecnológicos que poseemos y ejercitemos los que nos sean necesarios, subamos videos, grabemos y subamos un audio, las mejores fotos de nuestras experiencias y todo aquello que sea evidencia de nuestra labor. 

Maestra Gaby. 

Docente de telesecundaria. 

Atención a 16 alumnos en el vigente ciclo escolar.

Con miedos e incertidumbre al proceso NO a la evaluación, pero Feliz de ser lo que soy.